25/02/2025 por Nieves Arregui - Nutriizan 0 Comentarios
Eje Intestino - Cerebro Y su Influencia en la Nutrición
El eje intestino-cerebro es un sistema de comunicación bidireccional entre el tracto gastrointestinal y el sistema nervioso central. Este mecanismo juega un papel fundamental en la regulación del estado de ánimo, la función cognitiva y la respuesta al estrés, además de influir en la salud metabólica y el bienestar general. La nutrición desempeña un rol crucial en este eje, ya que los alimentos que consumimos pueden afectar la microbiota intestinal y, en consecuencia, la comunicación con el cerebro.
Microbiota Intestinal y su Relación con el Cerebro
El intestino alberga billones de microorganismos que conforman la microbiota intestinal, un ecosistema complejo que influye en diversos procesos fisiológicos. La composición de la microbiota puede modular la producción de neurotransmisores, como la serotonina (90% se produce en las células de la mucosa intestinal y las neuronas del sistema nervioso entérico), la dopamina (50%) y el ácido gamma-aminobutírico (GABA), que son fundamentales para la regulación del estado de ánimo, la depresión y la ansiedad.
La serotonina regula los niveles corporales de felicidad. Funciona como neurotransmisor ligado a la sensación de tranquilidad, calma, bienestar y relajación. Ayuda a aliviar los estados depresivos, la ansiedad, regula los ciclos sueño - vigilia, la manifestación de náuseas, el apetito y la saciedad, la agresividad, la temperatura corporal y la actividad sexual.
La dopamina es un neurotransmisor asociado a la alegría, el aprendizaje y la recompensa.
Además, la microbiota influye en la permeabilidad intestinal y la inflamación, factores que pueden impactar negativamente la salud cerebral.
Nutrientes Clave para un Eje Intestino-Cerebro Saludable
- Fibra Prebiótica: Se encuentra en alimentos como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino y contribuye a una microbiota equilibrada.
- Probióticos: Presentes en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el chucrut y el kimchi. Ayudan a mejorar la diversidad de la microbiota intestinal y fortalecen la comunicación intestino-cerebro.
- Omega-3: Se halla en pescados grasos, semillas de chía y lino, y frutos secos. Tiene efectos antiinflamatorios y favorece la salud neuronal.
- Polifenoles: Compuestos antioxidantes presentes en té verde, cacao, bayas y uvas. Contribuyen a reducir el estrés oxidativo y la inflamación, mejorando la función cerebral.
- Aminoácidos esenciales: Como el triptófano, precursor de la serotonina, que se encuentra en el pavo, los huevos, el plátano y los frutos secos.
Impacto de la Alimentación en la Salud Mental
Una dieta rica en alimentos ultraprocesados y alta en azúcares refinados puede alterar la microbiota intestinal y aumentar la inflamación sistémica, lo que se ha asociado con un mayor riesgo de depresión y ansiedad. En contraste, un patrón alimentario basado en alimentos frescos y naturales, como la dieta mediterránea, ha demostrado beneficios en la salud mental al promover una microbiota intestinal diversa y reducir la inflamación.
Conclusión
El eje intestino-cerebro es un vínculo esencial entre la salud digestiva y la función cerebral. La nutrición juega un papel determinante en el mantenimiento del equilibrio de este eje, favoreciendo la comunicación entre ambos sistemas y reduciendo el riesgo de trastornos mentales y enfermedades neurodegenerativas. Adoptar una dieta equilibrada y rica en nutrientes esenciales puede ser una estrategia efectiva para mejorar tanto la salud intestinal como la salud mental.
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